lunes, 22 de junio de 2009

Fatuidad

"Cuando estaba gastando ya las suelas de mis botas hasta ser una simple lengua de caucho sobre las viejas aceras de baldosas del Barrio Francés, en mi febril empeño de ganarme la vida en una sociedad despreocupada e indiferente, me saludó un apreciado y viejo conocido (invertido). Tras unos minutos de conversación, en la que yo dejé demostrada fácilmente mi superioridad moral sobre aquel degenerado, me quedé cavilando una vez más sobre la crisis de nuestra época. Mi inteligencia, indomable y exuberante como siempre, me susurró un plan tan majestuoso y audaz que me estremecí ante la idea misma de lo que estaba oyendo. “¡Alto!”, grité implorante a mi divina inteligencia. “!Esto es locura!” . Pero, aun así, escuché el consejo de mi cerebro. Se me ofrecía la oportunidad de Salvar al Mundo a Través de la Degeneración. Allí, en las piedras gastadas del Barrio Francés, solicité la ayuda de aquella marchita flor de ser humano, pidiéndole que reuniese a sus compañeros de fatuidad bajo la bandera de la fraternidad".
(“La conjura de los necios” John Kennedy Toole -Monólogo interior de Ignatius-),

1 comentario:

  1. hildapedroza58@gmail.com27 de julio de 2009, 17:03

    He conocido a lo largo de mi vida a un solo fanatico de este libro, que creo que es el unico que se ha publicado de ese autor. ¿habra muchos más o sos vos querido Pedro al que hace mucho no veo?
    No pude aguantar su lectura cuando me lo recomendo porque parecia leer el discurrir del pensamiento de mi ex marido de quien me libré hace ya treinta y seis años.

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