viernes, 21 de agosto de 2009

Al Qaeda

Despues de ver el final de High School Musical II, el editor de "Lentoydisperso" cree que esa sobredosis de felicidad en tonos pastel, contemplada vía satélite desde una gruta de Afganistán, explica perfectamente la existencia de Al Qaeda. Y casi la justifica. Nos parece que tiene razón...

1 comentario:

  1. oca.

    El caso era que nos dirigíamos para el parque. Jesús era un tipo con aspecto desaliñado. Con su larga y desordenada melena, su impecable camiseta de Metallica, y unos vaqueros y botines simplones. Políticamente hablando, era un tío raro. Tanto, que no sabía describirlo. Nihilismo, según él. Aunque yo sigo sin tenerlo muy claro.

    Nos sentamos en un banco lleno de mierda. Sí, como se notaba que era un lugar público, y que a la peña le importaba un carajo el estado de aquello. Me gustaría hacer lo mismo en su puta casa. Así, sin más. Si todos nos preocupáramos más por lo que otra peña va a usar, estaría mejor la cosa. Pero, que se le va a hacer, hay mucho gilipollas por ahí suelto.

    - Joder, macho, pues tampoco hace tanto calor.

    - Qué va - le dije -. Yo esperaba más, y para estar a estas horas por Sevilla, se está demasiado bien.

    Abrió su cerveza. El muy capullo la tenía movida, por lo que salió la espuma a mansalva. Sin duda, aprovecharía la coyuntura.

    - Sí, capullo, sí. ¡En tu línea!

    Soltó una carcajada de las suyas. Entendía mi humor, que no sabría como tildarlo, a falta de definición.

    La abrí yo. Corrí la misma suerte. Joder, quién mandaría reírme de la misma situación y que después me ocurriera.

    - ¡Bébete eso! - señalizó la espuma -.

    Pasadas ambas cagadas, empezamos a beber. Sí, las birras no me molan mucho. Están demasiado amargas, joder. Y pensar que hay personajes que se la beben en dos segundos...

    - Joder, macho, ¡qué amargo está esto!

    Me reía de nuevo, aunque sabría que a mí también me amargaría la birra. Me la sudaba. Jesús escurrió la lengua, similar a un movimiento metalero. Qué grande era, pensé. Pero grande.

    - Bueno, ¿qué tal te ha ido eso?

    - Pues aquí, tío, que vengo de Francia...

    Me habló de su experiencia en Avignon, ya que su vieja vivía por allí. Conoció a dos pavas interesantes, por lo visto. Escuchaban música comercial española, de esa que da asco. No esperaba menos, desde luego.

    Habían pasado unas horas. Fuimos de vuelta a su casa, en la que vimos unos cortos de una película interesante, que me queda pendiente volver. "American History X". Muy buena. Me acompañó hasta la parada del autobús, y ya llegué a casa.

    PD: Espero que te mole cuando leas esto. Te resultará familiar, sobre todo.

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